La Relación Coach-Cliente

Esta semana he cerrado el proceso de Coaching con una clienta.                       Digo cerrado, porque agotamos las 12 sesiones que me contrató la empresa,  pero en realidad la relación Coach-Cliente nunca termina, es auténtica y lo auténtico nunca pasa, perdura.

Para que la relacion sea auténtica, es necesario sentar las bases, crear un espacio donde tanto el Coach como el cliente, pidan lo que necesitan uno del otro, un espacio donde las reglas del juego son claras y se mantienen presentes en la relación, un espacio que se va creando  y al que se incorporan nuevos ingredientes a medida que la relacion los necesita.
Los pilares se  sostienen en la confidencialidad que crea un espacio seguro y honesto y libre de prejuicios, la sinceridad que permite sentirse libre para decir lo que pensamos, la valentía para afrontar situaciones incómodas y difíciles para permitirnos avanzar, confianza en que  las personas somos completas, creativas y llenas de recursos, permiso a equivocarnos para poder aprender y mostrarnos como somos. ... y lo que es más importante ¿Cómo y de que manera esta presente lo que queremos que haya y lo que en realidad hay? ¿Qué está pasando con nuestra sinceridad,  con la confianza? ¿Qué esta impidiendo su presencia? ¿Qué necesito para confiar? ¿En que situaciones dejo de ser valiente?
En nuestra relación todo vale porque entendemos que aceptamos lo que esta presente y aprendemos de ello.

Esta última sesión, la dedicamos a explorar cuanto estaban presentes los objetivos que nos planteamos al principio del programa. De donde partimos, en que situación me encuentro y  que es lo que queremos conseguir y mejorar, cual es el resultado esperado para alcanzar los objetivos.
Hablamos de autocontrol, comunicación oral, tolerancia al estrés, de actitudes y comportamientos, de cuanto de cerca estoy de los objetivos... pero sobre todo quien hablaba era el corazón, los ojos brillantes de mi cliente explicando en quien se ha convertido para poder ser más asertivo, para aceptar quién es y aceptar al otro, de las dudas y los miedos a lo desconocido, del sentimiento de estar en un tunel oscuro y no saber donde está la salida, de la pérdida de control, de la vulnerabilidad, de la plenitud al sentir que ha econtrado su brújula, de la conciencia de quién es y qué es lo que quieres, de la satisfación de conseguir retos difíciles pero importantes para tu calidad de vida y para la calidad de tus relaciones...

Yo la escuchaba con el corazón a punto de explotar, con emoción y orgullo, sitiendo un privilegio enorme por ser testigo de este momento, por  ver fuera lo que ya habia visto dentro.

Este post esta dedicado a ti.
Gracias por darme tanto, gracias por dejarme acompañarte en este tramo del camino, aquí sigo para lo que necesites y ahí estás tú para recordarme que seguimos creciendo.